Este domingo celebramos el día del padre en homenaje a todos los papis de Corporación Rey.

El mes pasado les tocó la celebración a las mamis de REY, este mes, ¡vamos con los papis! Tanto en Perú, como en la mayoría de países iberoamericanos festejamos el Día del Padre el tercer domingo de junio. En esta fecha tan especial queremos brindar por cada uno de los papis que trabajan en Corporación REY y les agradecemos a ellos, y a las mamis, permitirnos compartir el día a día con ustedes, acompañarlos y ser parte de sus familias.

Charles Bendezu, trabaja en REY hace más de 20 años. Sus hijos son Milene (20), Rodrigo (8) y Gonzalo (1). Charles recuerda que, a pesar de la temprana edad en la que fue padre primerizo, la facilidad de tener un trabajo permanente le dio “cierta tranquilidad” y que “en lo sucesivo podría compartir espacios con su hija” respaldados por la empresa en eventos como paseos, visitas familiares; etc. Así, Milene conoció donde trabaja su papá, conoció las instalaciones de la empresa y las tareas que realizaba en la corporación, lo cual es una curiosidad natural en los niños.  Lamentablemente, producto del aislamiento por la pandemia por Covid-19, sus dos hijos más pequeños aún no pudieron visitar la empresa.

Sobre su experiencia como papá, Charles comenta que uno de los desafíos que ha tenido fue hacerse “más fuerte en la responsabilidad de llevar una familia adelante, de ayudar a mis hijos a cumplir sus objetivos, la unión familiar, los juegos, actividades propias de la familia, todo eso lo aprendí cuando empecé a ser papá hace 20 años”.  Con hijos de edades diferentes, considera que su hija mayor “tiene otra visión de la vida ahora” y que tiene otra relación con ella mientras que tiene que buscar equilibro para educar también a su otros dos niños pequeños.

Por otro lado, Edward Valdiviezo fue padre de Gian (20) a sus 26 años, luego llego Ximena (13) y describe a sus hijos como “un tesoro muy preciado, son diamante en bruto que dan la responsabilidad de pulir en ellos un carácter y valores que le permitan brillar en la vida como buenas personas y exitosas”.

Juan de Dios Zapata Guerrero tenía 29 años al ingresar a REY y ya lleva 16 años dentro de la Corporación. Para él, REY fue “una gran oportunidad” para desempeñar su trabajo. Siempre estuvo en almacén de materias primas, en control de calidad y considera que en REY “hay un montón de áreas para aprender muchas cosas” sobre los valores de la compañía. En este sentido, como padre, “aprender nuevos valores, nuevas cosas, todo lo que hay en Rey y, más que todo, la responsabilidad” fueron los pilares fundamentales.

Sus hijos son Margiori (21), Emi (10) y Liam (5), los dos más pequeños vinieron al mundo cuando él ya estaba en la Corporación. En relación a las actividades y al respaldo de la compañía, Juan recuerda que ha disfrutado “los paseos de Julio, las clases de dibujo de fin de año, y que a mis hijos nunca les ha faltado nada”.

Para Juan “el significado de ser padre es una gran responsabilidad, tienes que cuidar a tus hijos, alimentarlos, darles educación; El significado es lo más bonito y una responsabilidad muy grande”, describe. Además, reflexiona “mis hijos son una gran bendición, cada vez que he tenido un hijo, me ha ido mejor, siendo padre aprendí a ser más responsable, ser una persona más centrada y antes de hacer las cosas, pensarlas mejor”.

¿Qué enseñanza quieren dejarles a sus hijos?

“El valor y el respeto hacia los demás que me inculcaron mis padres e intento enseñarle eso a mis hijos” expresa Juan, mientras que Edward lo resume en “amor a Dios, liderazgo y vocación de servicio”.

Para Charles es difícil describir lo que significan los hijos. Sin embargo, luego de tomarse un momento para reflexionar, los describe como “la gran motivación que tengo día a día para seguir hacia adelante: venir a trabajar, levantarme temprano, ayudarlos a crecer, de ahí saco mis fuerzas, mis alegrías”. En contrapartida reconoce que no todo es color de rosa ya que a veces también son sus preocupaciones y a quienes debe proteger, “son preocupaciones que ellos pueden tener y nos las transmiten, son nuestros hijos y duele más que los dañen a ellos que a nosotros mismos”.

Charles lo explica como “un sentimiento, una sensación única que a quienes tienen el privilegio de serlo, no les basta con ser un papá sino que hay que ir más allá, formarlos de la mejor manera posible y darles apoyo emocional como material”.