Las etiquetas se han convertido en un accesorio indispensable para identificar la calidad de las prendas y para proyectar una buena imagen de marca. En algunos casos también son utilizadas como herramientas de marketing por las marcas y los diseñadores.

Las etiquetas aportan información valiosa para que los usuarios conozcan desde la composición hasta el tratamiento de lavado a seguir para el correcto mantenimiento de la prenda o su resistencia a los diferentes ciclos de lavado, pero, además, deben ajustarse a la legislación de cada país y cumplir con los requerimientos obligatorios que las leyes requieren. 

Al momento de pensar en la elaboración de una etiqueta es importante tener en cuenta tanto la información que se proveerá como sus colores, la tipografía, todos los detalles de marca y también en la forma donde, contar con la posibilidad de utilizar etiquetas cortadas con láser con una forma, tamaño o tejido particular las convierte en piezas que dan un detalle extra y originalidad a la prenda. Lo que genera un mundo de posibilidades para incorporar en diseños de todo tipo.

Más allá de los datos obligatorios que hay incluir en las etiquetas hay que pensar en la percepción que queremos crearle al consumidor con nuestra marca. Ya hablamos de personalizar las formas de las etiquetas y ahora es momento de pensar en qué material es el que mejor nos definirá en cada ocasión y por qué lo eliges. El tipo de hilo y tejido utilizado y hasta sus colores hablaran de ti, de tu marca y de la imagen que estás creando para el consumidor.

Además de los etiquetados obligatorios que sirven para brindarle información básica el cliente, puedes utilizar tus etiquetas para diferenciarte, seducir a tus clientes y generar sensaciones de deseo sobre tu producto. ¿Qué tal las frases motivacionales en las líneas deportivas? Una frase simple, como “tú puedes”, puede hacer que quien quiere una prenda empatice con ella desde un lado más humano. ¿Será que tenemos que animarnos a probar? Unir valores de marca con mensajes de este estilo puede ser una gran oportunidad.

La respuesta a esta pregunta se verá modificada dependiendo de la legislación específica de cada país ya que se requiere que las prendas sean etiquetadas con determinada información específica y pueden variar sustancialmente de país en país o de una región a otra. Por todo esto, previo a exportar hay que evaluar cuáles son los requisitos del país al que se enviará la prenda y cumplir con los reglamentos técnicos exigidos donde se despachará la mercadería.

A nivel general, la etiqueta debe informar la identificación fiscal del fabricante o del importador, pero en algunos casos como en Andalucía, España puede requerirse también su domicilio como complemento. Por ejemplo, los productos textiles y de confección vendidos en Estados Unidos deben incluir la siguiente información: el contenido de fibra, el país de origen, la identidad del fabricante o distribuidor y las instrucciones de cuidado; En la Unión Europea deben cumplimentar con el etiquetado textil todos los productos cuyo peso esté compuesto en al menos el 80% por fibras textiles y estén destinados a la venta al consumidor final ya que, en la venta entre empresas pueden sustituirse con documentos comerciales que acompañen al producto y, entre otros datos, deben indicar la composición del tejido en porcentaje y por orden decreciente y pudiendo indicar  "100%", "puro" o "todo" si el producto está exclusivamente compuesto de un tipo de fibra. En Argentina todos los productos textiles, sin importar si son de producción nacional o extranjera, deben indicar en su etiqueta el país de origen de la prenda, la indicación del nombre de las fibras o filamentos y su composición expresada en porcentaje, el tratamiento adecuado de cuidados para su conservación y una indicación del talle o tamaño según corresponda y, cuidado, la tipografía de esa información no puede tener una altura menor que los 2 mm.